Es la eliminación de la placa, el sarro y las manchas de las superficies expuestas y no expuestas de los dientes mediante limpieza, desinfección y pulido. Estos procedimientos están destinados a ser medidas preventivas para el control de los factores locales de irritación y prevenir las enfermedades dentales como la gingivitis y la periodontitis, así como ayudar en los procesos de curación.